El solitario es un juego de cartas clásico que se juega con una baraja de cartas francesa. A diferencia de otros juegos de cartas como el póker o el blackjack, el solitario se juega en solitario, es decir, no se necesita la participación de otros jugadores. El objetivo del solitario es ordenar todas las cartas en cuatro pilas ordenadas por palo, desde el as hasta el rey. Para lograr esto, se deben seguir ciertas reglas y estrategias. El juego comienza repartiendo siete columnas de cartas boca abajo en la mesa. La carta superior de cada columna se voltea boca arriba. Luego, se coloca una carta boca arriba en una nueva columna para comenzar el montón de descarte. El jugador puede mover las cartas entre columnas de acuerdo con ciertas reglas. Por ejemplo, una carta se puede mover a una columna si su valor es un número menor y su color es diferente al de la carta en la parte superior de esa columna. Si en alguna columna se descubren todas las cartas y se las mueve a una de las cuatro pilas de palo, se abre automáticamente una nueva columna en la mesa. El solitario requiere habilidad y estrategia para lograr ordenar todas las cartas en las pilas de palo. A veces, es necesario planificar movimientos futuros y anticiparse a posibles obstáculos. Además del solitario clásico, existen numerosas variantes del juego, como el solitario spider, el solitario klondike y el solitario golf, cada uno con sus propias reglas y desafíos. El solitario es un juego que ha resistido el paso del tiempo y sigue siendo popular en la actualidad. Es una excelente opción para entretenerse, pasar el tiempo y poner a prueba la capacidad de concentración y la agilidad mental. En resumen, el solitario es un juego de cartas divertido y desafiante que se juega en solitario. Si aún no lo has probado, ¡te invitamos a darle una oportunidad y disfrutar de este clásico juego de cartas!